Reflexión
Incertidumbre y silencios
caminan los senderos del hombre,
la duda inerte de la culpa de los años
la comodidad vacía de la fría tecnología.
La sombra fantasmagórica de ozono
que se cierne en la esfera de la vida,
los enviciados ríos de la impureza
que se corrompe lentamente a las raíces.
El cielo oscurecido que apenado
dejó de sonreír en arco-iris de colores,
a su llanto prodigioso y encantado
en cicuta silenciosa ha convertido.
El caballero cisne se aleja de su norte
incontenible y despertado en furia
que a gajos ya sin esperanzas,
desmorona la ultima frontera que dibuja
de Nuestra Madre, la mueca adolorida
de lágrimas hirientes que se esparcen
lavando de todos nuestros egos los pecados.
Guerreros invisibles que traspasan
agonías aladas y cánticos callados,
voces que siembran en sonrisas permanentes
las últimas imágenes de una madre que perece,
y permanece agónica y silente...
Mañana tal vez su corazón palpite
e irrumpa la quietud con el estruendo
del reclamo poderoso de su querida imagen,
-la misma de cuando fue sagrada tierra,
manto prodigioso inalterable, Paraíso.-,
mañana tal vez nuestro corazón se agite
y tema, y ore por volver a ver
la vida deslizarse entre sus manos,
mañana tal vez el corazón entienda
no es ella quien nos pasa a costo una factura,
somos nosotros quien por fin y al final
le robamos a la tierra su hermosura.
Comentarios