De fragmentando Tú en mi concepto.
La noche, cómplice perfecta
de lenguas engarzadas,
espacio fértil donde emergen
del amor, las eternas madrugadas...
-Tu figura...
Línea delicada que trastorna
soledades incrustadas.
Curvas que emergen devorando
miradas extraviadas.
Grito placentero que se ahoga
entre Venus y sus montes dormidos,
la humedad perfecta que habita
en los confines de mi impaciencia intacta.
-Tu silencio...
Eterno firmamento solitario
donde las lunas nuevas convergen
con mi locura desmembrada,
-esta terquedad insomne
que al alba se despliega
en incoherencia plagada de versos plagada -.
El espasmo fonético que advierte
la tempestad ardiente que se acerca,
-un susurro vuelca el cielo entre los mares,
una palabra transforma mi quietud
en fragor de mil volcanes-.
-Tu recuerdo...
La Sonata perpetua y diluida entre mis pliegues,
razón lúdica del quehacer en mi palabra,
una verbena en la oquedad intima
del alma.
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